En esta obra, Heidegger aborda la cuestión del ser: ¿qué significa que una entidad
sea? o ¿cuál es la razón por la que hay algo en lugar de nada? Estas cuestiones fundamentales de la
ontología, definidas por
Aristóteles, fueron el estudio del
qua (
latín,
tr. literalmente 'como', o 'en la capacidad de'). En esta aproximación a
la cuestión, Heidegger se coloca entre la tradición de
Aristóteles y de
Kant, autores que difieren ampliamente en sus posiciones
filosóficas respectivas; no aborda la cuestión del sentido del ser desde la perspectiva de la
lógica
de las proposiciones. Su aproximación tiene implícita la tesis de que
el conocimiento teorético no es la más fundamental y originaria relación
entre el individuo humano y los entes del mundo que le rodea
(incluyéndose a sí mismo).
Método fenomenológico
Ante el rechazo explícito de esta tesis, Heidegger adopta por el contrario una versión del método
fenomenológico, purgando de esta forma los residuos del cognitivismo de Aristóteles y Kant todavía presentes en la formulación
husserliana de su método. A diferencia de Husserl, Heidegger no toma como punto de partida el fenómeno de la
intencionalidad.
Sin embargo, en una nota de ""Ser y tiempo"", Heidegger establece que
la base de la intencionalidad es la temporalidad (Sein und Zeit [364]).
Así, la estructura existencial de
Sorge ('cuidado', 'solicitud', ' preocupación')
1 refleja un aspecto de la intencionalidad husserliana. Heidegger distingue
Sorge, o cuidado, como el ser (ontológico) de
Dasein. Los tres momentos estructurales de la
Sorge son 1.- existenciariedad, 2.-facticidad 3.-caída,
2 constituyentes del existir humano que mantienen entre sí una relación de "cooriginariedad" (
Gleich- ursprünglichkeit).
El conocimiento teórico representa sólo un tipo de ajuste con el
mundo que le rodea, en lugar de ser su último fundamento. Suele dividir
el entendimiento entre compresión existencial, es decir aquella que
comprende la existencia a través de la existencia misma, y el
entendimiento
existenciario,
que es el análisis teórico de los constituyentes de la existencia. Una
entidad es lo que es (es decir: lo que está siendo) pragmáticamente; de
esta forma, se nos «muestra» en un contexto de encaje práctico
(Heidegger denomina a tal contexto «mundo»), no debido a que posea
ciertas propiedades inherentes a la cosa en sí, sino por la
intencionalidad que posee. Un martillo es un martillo no por la posesión
de atributos de martillo, sino por ser usado para martillar.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ser_y_tiempo